Una de las armas de Occidente para castigar a los rusos sería expulsarlos del sistema de pago SWIFT. Países como Alemania, Italia o Hungría no estarían de acuerdo, mientras que los EE. UU. ponen el grito en el cielo por ello.
Económicamente sería un gran golpe a Rusia, pero la decisión no es fácil porque hay motivos válidos para tomar una u otra opción.
- Se expulsa a Rusia. Europa no podría pagar el gas y casi ningún país podría comprarle algo a Rusia.
- Rusia vería muy limitadas sus posibilidades de negocio con otros países, no podría pagar a sus ciudadanos/empleados en el exterior y (lo interesante) no podría pagar sus deudas.
¿Pero es eso todo? No. Resulta que con la adhesión de Crimea a Rusia en 2014, Rusia ya fue amenazada con la expulsión del sistema SWIFT y los rusos crearon un sistema alternativo llamado SPFS (China tiene otro sistema llamado CIPS). Por supuesto SWIFT es líder y es donde quieren estar todos los bancos, pues comparativamente SPFS tiene una red de bancos débil.
- No se expulsa a Rusia de SWIFT. La competencia rusa SPFS seguiría siendo débil.
- Se expulsa a Rusia de SWIFT. Habría un efecto llamada y SPFS sería una alternativa más atractiva, aumentaría su valor.
- Volviendo a las deudas. ¿No daría igual expulsar o no expulsar? Las empresas occidentales podrían pasarse a SPFS y Europa podría seguir comprando gas a Rusia.
Entonces, ¿a quién perjudica más la expulsión de Rusia de SWIFT?
- El primer y principal perjudicado sería Rusia. Sería un revés, pero no un desastre.
- Los siguientes perjudicados serían sin duda los países europeos.
- Pero los ganadores serían EE. UU. porque de lo que se trata para ellos es de aislar las alternativas y que el dólar siga funcionando como reserva mundial.
Volvemos a #235. El miedo de EE. UU. a que su moneda pierda su estatus en el mundo.