:El Gran Premio de F1 en Arabia Saudí como síntesis de nuestra civilización:
Lo que ha pasado en el Gran Premio de Fórmula 1 de Arabia Saudí sintetiza, y funciona como símbolo, de lo que es la civilización actual.
Los hechos:
- El viernes rebeldes hutíes de Yemen atacaron con misiles y drones un depósito de la petrolera Aramco en Jeddah, a solo 20 kilómetros del circuito donde se disputa el Gran Premio.
- Tras el miedo inicial y las dudas hubieron reuniones para decidir si seguir con el Gran Premio. Responsables del certamen y autoridades locales llegaron a un acuerdo bastante rápido para seguir con el espectáculo.
- Los responsables locales se apresuraron a garantizar la seguridad porque el sistema antimisiles de los sauditas es efectivo.
- Los pilotos tuvieron más dudas y tardaron más tiempo en aceptar.
- El sábado murieron al menos 8 personas en un ataque de Arabia Saudí como represalia contra los hutíes en Saná, Yemen.
- El domingo la coalición liderada por Arabia Saudí volvió a atacar Yemen pese a propuesta de tregua.
Han habido declaraciones vergonzantes para justificar que el Gran Premio sigue adelante.
“Ningún acto de terrorismo puede tolerarse. El deporte no debe intimidarse ante una situación como esta; simplemente no es aceptable”.
Christian Horner.
“Max [Verstappen] no está asustado para nada. Checo [Pérez] sí lo está, y mucho. Pero no creo que esto [esta coyuntura] sea muy distinta a la de vivir en Ciudad de México”.
Helmut Marko.
Lo primero que hay que decir es que para personas racionales (y pacifistas si es el caso) no hay una solución buena en esta situación, porque desde el principio todo se hace mal. Primero no tendría que haber ningún conflicto bélico entre dos países. Pero si lo hay, es tan absurdo viajar a un país de esos para dar un espectáculo tan frívolo como la F1.
La segunda lectura es toda esta sordidez, sinsentido, etcétera, de esta sociedad/civilización moderna.
- Unos hombres de negocio ricos y poderosos deciden hacer un espectáculo deportivo en su país.
- Otros hombres de negocio ricos de una asociación deportiva aceptan.
- Empresas con muchos millones y más de un negocio turbio patrocinan el espectáculo.
- Hay un atentado con misiles a pocos kilómetros de toda esa gente rica. Pero hay un sistema antimisiles y una gran cantidad de funcionarios y agentes de seguridad que van a proteger a toda esa gente rica.
- Quien sean los hutíes y lo que reivindican no parece tener importancia. ¿Dónde está Yemen y por qué existe el conflicto? A quién le importa.
- No digo que no haya gente preocupada por el conflicto bélico o conocedora de esto. Me refiero a toda esta gente rica que solo parece tener ojos para su negocio y la sociedad que lo acepta.
Pocas veces he visto un ejemplo más vergonzante de lo que es la sociedad del espectáculo. De cómo funciona el capital, la presión de los patrocinadores y sus intereses. Hemos visto cómo políticos y funcionarios con poder se alían con empresas privadas y deportistas millonarios para protegerse entre ellos, ignorando el mundo que les rodea. Crean su burbuja que incluye sistemas antimisiles para su beneficio, crean un discurso aparentemente digno en torno al deporte y lo exponen al mundo como si fuera algo normal.
Es claro que no todos protagonistas están de acuerdo. Realmente el poder nunca se constituye en una unidad indivisible, pero el mensaje está claro, el espectáculo debe seguir y si te borras atente a las consecuencias.
Todo esto no es nada nuevo, vivimos desde hace más de un siglo en la sociedad del espectáculo y el capital. Quizá no siempre sea reprobable que el espectáculo siga, siempre hay desgracias y no se puede parar el mundo cada vez que ocurra algo malo. También nos congratuló aquella burbuja de la NBA en Walt Disney World, Florida, que protegió el espectáculo en la pandemia de COVID-19 de 2020. No obstante, el Gran Premio de F1 de Arabia Saudí es algo demasiado grotesco como para aceptarlo.